Molinos de viento de Campo de Criptana sobre una colina.

Miguel de Cervantes eligió La Mancha como escenario natural de la que se convertiría en la obra más importante de la Literatura Universal. En su imaginación, el Ingenioso Hidalgo Don Quijote de La Mancha recorrió nuestros pueblos enfrentándose a mil y una aventuras.

Así es nuestra tierra, un collage de formas, sabores, colores y aromas quijotescos que pueden contemplarse, olerse y saborearse en cada rincón. Socuéllamos, Pedro Muñoz, Campo de Criptana, Alcázar de San Juan y Tomelloso se encuentran en varios tramos de la Ruta del Quijote y en ellos es habitual encontrar esculturas que tienen como protagonistas a Don Quijote o al mismísimo Cervantes.

Es el caso de Alcázar de San Juan es otro pueblo con nombre propio. En su Iglesia Santa María La Mayor reside la que para muchos es la auténtica partida de bautismo de Miguel de Cervantes Saavedra. Muy cerca, el torreón del Gran Prior, una torre de piedra rosada del siglo XIII, es otro de los principales reclamos de esta ciudad de origen militar.

Campo de Criptana, con sus majestuosos molinos de viento que se han convertido en emblema de la localidad y de la región, se alza imponente en el horizonte manchego. El barrio del Albaicín, muestra de arquitectura popular, es otro de los encantos visitables de este municipio, al igual que sus cuevas o viviendas subterráneas, el Pozo de las Nieves o el Pósito.

Herencia, tierra de excelentes quesos y aceites, además de bellos parajes naturales, cuenta con interesantes elementos arquitectónicos. Sus molinos de viento, el pasadizo elevado en pleno centro, el Convento de Nuestra Señora de la Merced, o la Iglesia de la Inmaculada Concepción, son algunos de los que deben visitarse.

Pedro Muñoz es otra de las villas inmortalizadas en la obra cervantina. La Iglesia Parroquial de San Pedro Apóstol, del siglo XVII-XVIII, es una de sus principales joyas arquitectónicas junto a algunas Casas Solariegas de arquitectura típica. ‘El Humedal de Don Quijote’ es otro de los parajes que hay que visitar, dado su gran valor ecológico.

Socuéllamos es la patria del Vino, pero también es una localidad de gran riqueza histórica y monumental, además de albergar paisajes quijotescos que permiten disfrutar ecoturísticamente de La Mancha. La Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, del siglo XVI, con su torre-campanario y la Casa-Palacio de la Encomienda, son algunos de sus atractivos.

tomellosoTomelloso es otro de los pueblos incluidos en la Ruta del Quijote. El vino y la Cultura son dos de sus grandes estandartes. La Posada de los Portales, del siglo XVII, constituye uno de sus monumentos visitables junto a la Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, que data del siglo XVI, y sus tradicionales ‘bombos’ y cuevas.

En definitiva, partiendo de Socuéllamos, visitando después Pedro Muñoz y Campo de Criptana, recorriendo Alcázar de San Juan y Herencia, y finalizando en Tomelloso, podremos contagiarnos del espíritu de ese loco hidalgo y explorar, de su mano, la riqueza natural, cultural, enológica y gastronómica de estos pueblos de gente sencilla y hospitalaria.

  • Alcázar de San Juan y Campo de Criptana: Tramo 1, Ruta del Quijote.
  • Campo de Criptana y Tomelloso: Tramo 7, Ruta del Quijote.
  • Herencia.: Tramo 8, Ruta del Quijote
  • Pedro Muñoz y Socuéllamos: Tramo 2, Ruta del Quijote.