Tomelloso tiene en su subsuelo cerca de 4.000 cuevas construidas para el almacenamiento del vino.
Las cuevas tienen salida al exterior por medio de las llamadas ‘lumbreras’, que son rejillas de respiración que pueden verse fácilmente en las aceras de las calles. Muchas de estas cuevas conservan las típicas tinajas de barro y otros utensilios necesarios para la elaboración artesanal y familiar del vino. Algunas de ellas, se pueden visitar.