Es curioso como siendo Herencia un núcleo importante dentro del territorio manchego, sus orígenes nos parecen difuminados y nada claros. Hoy los textos históricos y, más concretamente la existencia de la Carta de Población nos señalan que la villa nace al abrigo de la reconquista de la mano de la Orden Militar de San Juan.

En el año 1239, después de la Batalla de las Navas de Tolosa, el Reino de Castilla inicia la repoblación de la Meseta Sur, siendo delegada por el Rey para la administración de la zona la Orden de San Juan, cuyo prior otorga la Carta Puebla al Concejo de Herencia, que en ese momento cuenta con 150 pobladores.

En dicha Carta Puebla se establece ya una diferenciación social entre el simple poblador o pechero y los caballeros o hidalgos; se les dota de un horno de pan y se reparten también viñas y huertas, lo que prueba ya el cultivo de la vid en esta época.

No cabe duda que la economía de Herencia ha girado a lo largo de los siglos sobre la actividad agraria, al igual que ocurría en el resto de los pueblos del Priorato.

En la centuria del 1.300 siguen llegando pobladores a Herencia, si bien no de forma masiva, ya que Andalucía era un reclamo más atrayente, y aunque no pueda hablarse de grandes masas, si se produce un continuo fluir que, a pesar de la peste bubónica, que también causó mortandad en Herencia, no cesó el aumento de población.

Del 1469 al 1476 tuvo lugar la guerra de Sucesión, en la que partiendo de Alcázar, Jorge Manrique, partidario de Isabel, hermanastra del rey Enrique IV de Castilla que acaba de fallecer, venció a D. Juan de Valenzuela, partidario de Juana la Beltraneja.

Herencia siguió creciendo en base a nuevas roturaciones de tierras. En el año 1575 se contabilizan 500 vecinos, unos 2.000 habitantes. La economía está basada fundamentalmente en la ganadería y en los cereales; no existían huertas, ni olivares, teniéndose que traer el aceite de Andalucía.

En 1568 tuvo lugar la creación del Pósito Concejil. El Pósito era una institución destinada a almacenar trigo en años de cosechas abundantes para suministrarlo en años de malas cosechas, tanto para la alimentación como para la siembra o en forma de pan. La institución establecía cierta regulación del mercado, pues se almacenaba y en época de escasez se distribuía a precios más bajos que los del mercado.

En 1591 Herencia cuenta con 751 vecinos, de los que 20 son hidalgos y 10 clérigos, lo que supone unos 3.000 habitantes, aproximadamente. En el año 1604 y posteriores, a consecuencia de malas cosechas por sequía y epidemias de tifus, se produce una crisis de población que no es superada hasta la segunda mitad de esa centuria, produciéndose en los años 80 de ese siglo otra época de crisis demográfica también por epidemia de tifus.

En 1.616, tras años de penurias, el Concejo pidió permiso al monarca Felipe III para repartir entre los vecinos la tercera parte de los pósitos de la villa, con el fin de sembrar sus barbechos. El permiso real llegó con una serie de instrucciones: que no se prestara a quien ya estaba en deuda y que se exigiera fianza cuando se prestaran más de 20 fanegas.

En 1.656, se firma la escritura de fundación del Convento de la Merced por Don Juan José de Austria, hijo natural de Felipe IV y María Calderón.

En la centuria del 1.700, el llamado Siglo de las Luces, fueron tiempos prósperos para Herencia. En 1.707 viven en Herencia alrededor de 4.400 habitantes, y en el censo de Aranda, de 1.769, se contabilizan 7.574 habitantes.

Agricultura y ganadería, pues, se convirtieron desde un principio en la base de la economía de esta villa; sin embargo, a lo largo del siglo XVIII nacieron una serie de pequeñas industrias, todas ellas relacionadas con la ganadería y la agricultura, de forma que a finales de este siglo la villa presentaba un panorama halagüeño: una rica agricultura, con huertos, cereales, aceite, vino, barrilla, salicor y azafrán; una ganadería abundante y una industria y comercio en expansión gracias al trabajo de la lana, fabricación de jabón y una numerosa arriería.

Se consolida la concentración de la propiedad de la tierra; la economía local ha evolucionado, cobran importancia también el aceite, vino, azafrán y ganado mular.  También existían fábricas de jabón, elaborado con aceite y lejías de varrilla, salicor y cal. Por medio de numerosa arriería, se comerciaba con Andalucía, Castilla la Vieja, Madrid y "todos los reinos de España", trayendo aceite, arroces y legumbres. Existían dos casas de comercio, una de franceses y otra de gallegos.

Los vecinos de Herencia comienzan a demandar la construcción de molinos de viento, ya que el de agua que existía en el Cigüela sólo funcionaba entre los meses de Octubre a Mayo. En el año 1.790 se concede la primera licencia para instalar un molino en las Eras Altas, que comenzó a funcionar en Abril de 1.792 y que, ante la falta de viento, fue trasladado en el año 1.796 al Cerro de San Cristóbal. En Herencia llegaron a existir 11 molinos de viento al principio de los años 1.800.

Desde los primeros años del siglo XX se observan numerosas actividades industriales y comerciales, muy relacionadas con los productos de la agricultura y ganadería, los cuales favorecieron en este siglo la aparición de industrias de transformación: una cantera de yeso, que da materia prima a dos fábricas y cuatro carpinterías; dos fábricas de jabón. Y, sobre todo, varias industrias relacionadas con la producción agrícola: la ya mencionada cooperativa vinícola “La Herenciana”, varias bodegas, diez fábricas de alcoholes, dos fábricas de harina, cuatro almazaras, una fábrica de gaseosas, una fábrica de conservas vegetales y veintidós panaderías.

 En estos años y hasta 1985, los cambios se basan sobre todo en la creación y mejora de los servicios, tales como la instalación del teléfono, del alcantarillado, del agua potable, la construcción de colegios, etc.

 En los últimos veinticinco años, Herencia ha experimentado un avance industrial y económico muy importante, que está posibilitando a los ciudadanos tener una mayor prosperidad, consolidándose los servicios educativos, formativos, culturales, sociales, deportivos, de ocio y tiempo libre.